Por: ANDRÉS ELOY RAVELO
maturín, Edo. Monagas, Venezuela
anelra52@gmail.com
Las ideas que no se anunciaron
estuvieron hacinadas en los espejos
que tienen imagen bizarra.
Silvestres. Profundidad de instintos.
El croar de una rana
anuncia el estado inanimado.
Las sombras arropan la tarde.
Ocaso. Revolotear de luciérnagas paralíticas.
Luego el aeroplano de realidades
estrelló su pétreo fuselaje
contra el aire ciego y de súbito,
afloró el mundo onírico con voces
esculpidas en azúcares marinos.
Sueño, sentado en el umbral del tiempo,
mezclando las sombras con las palabras
que dieron lugar a mi universo
y que encienden mis sueños pueriles.
Escuela de la vida abstracta
Con amigos sin compañía.
Éxtasis colgado de alambres fidedignos,
doblados en español o criollo romanticismo.
Mi existencia onírica deambula desorientada,
tropezando con calles, iglesias y niños descoloridos .
Tropiezo con mi imagen: sensación de contornos roídos.
Escritorios de muelles mercaderes,
Acecho de intriga atravesada con espinas.
Espionaje. Fantasma ultravioleta.
¡Debo salvar mi sueño!
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