Por: Juan Rodríguez
triplejuan@gmail.com
Porlamar, Venezuela
Por ser muy bonito el animal, como cualquier bebé, se ganó el aprecio y cariño de toda la familia, convirtiéndose en el toñeco* de la casa, siendo bautizado con el nombre de Menelao.
Pasaron los años y Menelao se convirtió en una gigante, fornida y malcriada ave, siendo muy agresiva con las visitas, las cuales, cuando iban a casa, rogaban que se le encerrara para poder pasar, ya que hacia ellas se abalanzaba a inflingirles hirientes picotazos.
Como era costumbre, todos los domingos nos reuníamos los integrantes de la familia para degustar de una comida distinta mientras conversábamos de nuestras experiencias. Un buen día, fue elaborado un suculento guisado con vegetales de cocimiento lento, donde Menelao fue el invitado especial.
Todos lo recordamos con cariño y desde entonces se instituyó entre la familia el Pollo a la Menelao, como un plato especial.
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*Toñeco: consentido, mimado.
Sitio web de esta imagen: elfoliopintado.blogspot.com
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