FUENTE DE LA ILUSTRACIÓN: Esta foto se tomó el 4 de julio, 2008 con una Canon PowerShot G9 y es propiedad de Galeria de amyc00per. Foto tomada de la página http://www.flickr.com/ gparraz2@hotmail.com
Esta foto se tomó el 4 de julio, 2008 con una Canon PowerShot G9.
La historia universal está preñada de personajes que se
salen de lo convencional, entendiéndose por esto último,
aquellos que tienen una familia y que hacen lo que hace
todo el mundo, en la rutina interminable del bíblico “creced
y multiplicaos”. Sin embargo, dentro de la necesaria
pluralidad de cualquier sociedad, surgen de repente algunos
sujetos con características diferentes, por ejemplo, que vivan
en solitario, que nadie conozca su pasado, simplemente
viviendo el presente, sobreviviendo en su circunstancia, y
eso precisamente les da un aire desconocido, de misterio.
Justamente los factores que suelen explotar –me imagino
muy a su pesar– esos personajes, quizá sin proponérselo,
hacen que todas las miradas se centren hacia ellos.
“Venado” es uno de esos personajes. No poseía ningún rasgo
descollante, ni en su físico magro, casi acético, ni en su
rostro cenizoso maltratado por los años, lleno de los surcos
profundos que dan el sufrimiento y las privaciones. Su vestimenta
era harapienta; su sombrero, raído, y más allá de
todo ello estaba su eterna queja ante la vida, su reclamo
a todo momento de ser un perro sin amo, pues nadie nunca
le conoció ningún pariente. Su melancólica queja era de
cuán cruel había sido la vida con él... un verdadero paria
que arrastraba su desgracia por las calles de Sarría. Nadie se
explicaba cómo con su andar cojitranco, con la parsimonia
de su vejez, se le podía comparar con un animal como el
venado, cuya característica principal es la agilidad.
Mucha gente lo escuchó decir que en alguna época muy
remota, en tiempos mejores, él había sido el comisario del
barrio “Tiro al Blanco”, palabras que solía respaldar mostrando
un amarillento carné que supuestamente lo acreditaba
como tal. Además de su amarillenta identificación, la otra
prueba que exhibía de tal condición era una vera que a veces
blandía, única arma que le era permitida portar en aquellos
-para él- idílicos años. Su presencia, más bien su incansable
andar por las calles del barrio, pues casi en ninguna casa le
daban acceso, era la de un anciano doblado por los años con
una vieja guitarra que a veces portaba pero que casi nunca
rasgaba, y las úlceras varicosas de sus delgadas piernas que
se dejaban entrever al usar unos pantalones demasiado cortos,
brincapozos, como se solían llamar los calzones cuyos
bordes estaban más o menos 10 centímetros por encima de
los tobillos, y que “Venado” usaba con frecuencia.
Así como fue su vida fue su muerte, pues un día cualquiera
dejó de frecuentar las calles del barrio, y la conclusión
más lógica, dada su condición de paria de la sociedad, fue
que falleció bien entrada la década de los años 60 en algún
hospital público de beneficencia.
(Fragmento del libro "SARRÍA EN EL CORAZÓN" ganador del premio "Historias de Barrio Adentro" y publicado en el 2009 por la
Fundación Editorial El perro y la rana
Sistema Nacional de Imprentas
Red Nacional de Escritores de Venezuela
Depósito Legal: lf40208120099002115
ISBN: 978-980-14-0515-3 )
NOTA: AGRADECEMOS AL AUTOR QUIEN NOS HA PERMITIDO IR PUBLICANDO ELLIBRO POR CAPÍTULOS. PARA QUIENES DESEEN TENER LA EDICIÓN EN PAPEL, PUEDEN CONTACTARLO AL CORREO ELECTRÓNICO QUE DAMOS AL INICIO.
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