POR: GRICELDYS ARIAS MELLADO
griceldysarias@gmail.com
La Victoria, Estado Aragua
Venezuela
Aquella noche comenzó la larga enfermedad de insuficiencia renal que padeció mi adorado y recordado papá, Él pasó la noche caminando de un sitio para otro y quejándose de un dolor en la parte baja abdominal. En aquel tiempo no eran tan comunes las líneas de taxis, como las hay ahora, y mi padre era una persona que no le gustaba molestar a nadie, por lo cual no pedimos ayuda a vecino alguno. Fue una noche interminable para mi papá. Pasaban las horas mas largas de su vida y el dolor se hacia más constante.
Al día siguiente en la mañana, cuando se restableció el transporte urbano, mi mamá lo llevo a la clínica y lo atendió el medico de guardia, el cual dio un diagnostico a priori y les dijo que se trataba de un recrecimiento de la glándula prostática y a eso se debía la disminución del grueso del chorro y el goteo terminal al orinar, el cual le producía un fuerte dolor y era necesario sondearlo para que pudiera orinar. El médico sugirió fuera a un urólogo para la debida evaluación. Esa noche, aunque éramos unas niñas todavía, mi hermanita y yo, estuvimos dándolo apoyo a mi papá y a mi mamá hasta cierta hora, y luego nos fuimos a acostar. Nos daba mucho dolor ver a mi papá cómo se quejaba, por que él siempre gozó de buena salud. Lo cierto es que cuando regresaron de la clínica, mi mamá nos contó, que después que fuimos a acostarnos, a mi papá se le hizo mas fuerte el dolor y le pidió a mi mamá que le diere un calmante, al transcurrir de las horas y ya desesperado, le dijo que ya no aguantaba mas y que se iría caminando hasta la clínica. Mi mamá también en su desesperación le dijo: – “Algún día leí no se en qué parte que un guarapo de grillo negro muerto, destrancaba la orina , eres capaz de tomarte ese guarapo? Porque debajo de ese mueble está un grillo negro.”
Y mi papá le contestó que si, y ese fue el remedio que por una horas le permitió a mi papá mejorar el dolor y poder orinar, hasta su ida a la clínica.
griceldysarias@gmail.com
La Victoria, Estado Aragua
Venezuela
Aquella noche comenzó la larga enfermedad de insuficiencia renal que padeció mi adorado y recordado papá, Él pasó la noche caminando de un sitio para otro y quejándose de un dolor en la parte baja abdominal. En aquel tiempo no eran tan comunes las líneas de taxis, como las hay ahora, y mi padre era una persona que no le gustaba molestar a nadie, por lo cual no pedimos ayuda a vecino alguno. Fue una noche interminable para mi papá. Pasaban las horas mas largas de su vida y el dolor se hacia más constante.
Al día siguiente en la mañana, cuando se restableció el transporte urbano, mi mamá lo llevo a la clínica y lo atendió el medico de guardia, el cual dio un diagnostico a priori y les dijo que se trataba de un recrecimiento de la glándula prostática y a eso se debía la disminución del grueso del chorro y el goteo terminal al orinar, el cual le producía un fuerte dolor y era necesario sondearlo para que pudiera orinar. El médico sugirió fuera a un urólogo para la debida evaluación. Esa noche, aunque éramos unas niñas todavía, mi hermanita y yo, estuvimos dándolo apoyo a mi papá y a mi mamá hasta cierta hora, y luego nos fuimos a acostar. Nos daba mucho dolor ver a mi papá cómo se quejaba, por que él siempre gozó de buena salud. Lo cierto es que cuando regresaron de la clínica, mi mamá nos contó, que después que fuimos a acostarnos, a mi papá se le hizo mas fuerte el dolor y le pidió a mi mamá que le diere un calmante, al transcurrir de las horas y ya desesperado, le dijo que ya no aguantaba mas y que se iría caminando hasta la clínica. Mi mamá también en su desesperación le dijo: – “Algún día leí no se en qué parte que un guarapo de grillo negro muerto, destrancaba la orina , eres capaz de tomarte ese guarapo? Porque debajo de ese mueble está un grillo negro.”
Y mi papá le contestó que si, y ese fue el remedio que por una horas le permitió a mi papá mejorar el dolor y poder orinar, hasta su ida a la clínica.
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