Por: Marbella García Méndez.
Valencia - estado Carabobo - Venezuela.
Franklin Marín es un compañero de trabajo en la actualidad, él nos contó que hace unos 12 años aproximadamente estaba atravesando una de esas situaciones bastante difíciles que muchas veces se presentan (solo, sin empleo, sin dinero y para colmo recién llegado a esta ciudad). Un buen día salió muy temprano de la residencia donde vivía hacía la zona industrial de Valencia, carpeta en mano, con buen ánimo y dicièndose de lo más optimista: "-Hoy debo conseguir un buen empleo, seguro que si".
Recorrió gran parte de la zona industrial a pie por supuesto, y nada de trabajo: "Estamos completos", "Ahorita no hay vacantes", "Pase después" era todo lo que escuchaba el ya no tan optimista Franklin. Cuando iba de regreso a la residencia con los pies llenos de ampollas, el estómago pidièndole comida y el ánimo por el suelo, se le acercó un auto con cuatro personas adentro, quienes llamaron su atención al preguntarle: "-Chamo, ¿Estás buscando trabajo? Porque cerca de Protinal están metiendo personal, Vente con nosotros"...Él no lo pensó dos veces y se subió al automovil con los descomocidos, en el asiento trasero por supuesto y en medio de dos hombres, quienes comenzaron a interrogarlo: "Tú te ves como una persona sana", "¿Sufres de algo?", "¿Te han operado alguna vez?", "¿Que edad tienes?" y cosas por el estilo, preguntas a las que él respondía de la manera más normal y sin saber que lo llevaban al matadero."Bueno, yo soy un hombre muy sano, ni gripe me da, soy bastante joven, soy oriundo de San Felipe (edo. Yaracuy) estoy nuevo acá en Valencia buscando trabajo, aquí no conozco a casi nadie" les respondía nuestro iluso amigo, miestras pensaba: "Ya decía yo que hoy iba a conseguir un buen empleo".
El vehículo salió de la zona indrustrial y se dirigió hacia Guacara, a la altura de la estación de servicio "Bohio" fue que Franklín se percató que algo andaba mal, porque ya habían recorrido un buen trecho y nada que llegaban a lo prometido, fue cuando se le prendió el bombillo y pensó: "Estos tipos como que me están secuestrando, lo que me faltaba"; pensándolo y de una vez diciendo: "Yo con hambre no trabajo, ahí ví un tipo que vende unas empanadas o arepas, amigo párese un momento que compro algo para comer y ya regreso"....
Cuenta que cuando se bajó del vehículo se puso a conversar con una persona que se le atravesó en el camino y los tipos arracaron y se fueron; todo pálido y sudoroso preguntó que donde estaba y narró lo sucedido, a lo que el desconocido le dijo: "-A no, amigo usted se salvó de milagro porque esos tipos lo iban a secuestrar para sacarle los órganos. Se han visto muchos casos de esos últimamente".
"-A partir de ese día tuve mas cuidado cuando de salir a buscar trabajo se trataba", nos contó en medio de nuestras risas....
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