Por: Marbella García Méndez (Valencia - Estado Carabobo, Venezuela)
Contacto: marbeg@cantv.net
Resulta impensable a la generación actual con los avances que hemos tenido en los últimos años, la historia que voy a contar: A principios de los años 80, en la península de Paraguaná , vivíamos en el campo donde a duras penas se conseguía agua para cubrir las necesidades básicas y en ese entorno alejado de las comodidades un día llegó de visita a nuestra casa mi cuñada Olimpia quien era la esposa de mi hermano Nicomedes y conversando con mi mamá, ésta le preguntó que si su hermana Laureana, quien se había mudado con ella para Punto Fijo, ya se había acostumbrado a la vida de la ciudad.
La respuesta de mi cuñada fue la siguiente: "-Guillermina el mundo está lleno de gente malagradecida, fijate que a ella y a sus seis niños se les quería mucho en mi casa, pero mira lo que pasó: Uno de los niños al que apodaban "Chiche" entró una mañana al baño de Nicomedes quien despues de una larga jornada como albañil llegaba todos los días a casa a las 5:00 p. m. y religiosamente a esa hora entraba al baño para asearse y después descansar.
Ese día Chiche a la hora que èl llegò aún continuaba en el baño, porque para él era algo novedoso usar un W. C., un lavamanos o una ducha. Nicomedes se recostó en su hamaca y se quedó profundamente dormido, entrada ya la noche escuchó cuando Laureana le decía a Chiche, a través de la puerta: "Salí Chiche, que estás en el baño desde ésta mañana, ya los vecinos se han venido a quejar porque no les llega el agua".
Laureano se levantó malhumorado, tomó la escopeta morocha, que guardaba celosamente para sus días de cacería en el campo, la cargó y acto seguido le dió una patada a la puerta del baño (que no tenía cerradura, sinó un pasador) y le gritó: "Salga de una vez, Chiche de m....., que ya me tienen la oreja verde, con el Chiche y el Chiche".
Demás está decir, que Chiche salío raudo y veloz, escurrièndose entre las piernas de Nicomedes, por toda la calle y la señora Laureana más atrás con los cinco niños restantes, rumbo a su campo nuevamente de donde no volvió a salir nunca màs."
Pasado el tiempo me residenciè en Valencia. Cuando mi hermano Nicomedes falleció muchos años después, fuí a su casa y al ir a utilizar el baño ví que aún estaba en la puerta la huella del puntapiè y me pregunté mientras me secaba las lágrimas: -"¿Que será de la vida de Chiche?"... Còmo pasa el tiempo....
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