La avena es una valiosa fuente de carbohidratos, vitaminas, minerales y proteínas y se recomienda a quienes sufren problemas digestivos, sobrepeso, diabetes o colesterol alto. Combinada con leche nos proporciona un desayuno COMPLETO y equilibrado.
A los bebés, hasta el mes de nacido, se recomienda bañarlos con agua de avena en lugar de utilizar jabón.
Para quienes tienen problemas con un conteo alto de triglicéridos es muy bueno el tomar a diario un vaso donde hayan colocado en remojo avena en hojuelas desde la noche anterior. Se cuela y se toma esta agua y los resultados son en verdad sorprendentes.
Colocar tres o cuatro cucharadas de avena en la sopa la hará un poco más espesa y potenciará su calidad nutritiva sin modificar su sabor. Añadirla a la masa de las arepas añadirá a estas un importante contenido de fibras. Agregarla en la cocción de los granos (caraotas, arvejas, frijol, lentejas, etc.) facilitará la digestión de los mismos.
Ponerla en remojo –hablo de la avena en hojuelas- durante una hora y luego, quitando el exceso de humedad y amasándola hasta obtener una pasta maleable o crema y colocarla como mascarilla por media hora o, al menos, quince minutos, sobre el rostro y cuello previamente lavados reportará increíbles beneficios pues ayuda a la absorción de las células muertas y a evitar la deshidratación de la piel.
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