AUTOR: GABRIEL BAEZ
CAPÍTULO 5: "TRAS LA PISTA"
Salí del parque y me fuí de inmediato a ver al padre de Sergio quien era el Director del Intituto.
-Hola, profesor José.
-¿Otra vez con las formalidades, Manuel? Eres el mejor amigo de mi hijo y vas asiduamente a mi casa, llámame José y nada más.
-Okey, sí, claro. Disculpe. Sabe acerca de la muerte del profesor Juan, por supuesto.
-Sí. Ha sido un hecho muy lamentable. ¿Por qué?
-Bien, es que debido a un mensaje de texto yo me encontraba en el lugar del crimen y ahora creo ser el principal sospechoso. Si no es mucha molestia...¿Me podría facilitar la lista de los alumnos a los cuales daba clase el profesor Juan?
-Es un poco irregular hacer eso, pero debido a las circunstancias y viendo la seriedad del caso, por esta vez lo haré. Vamos al Instituto.
Llegamos al Instituto y nos dirigimos a su oficina. Después de mucha bússqueda y selección de grados logré elaborar una lista con los nombres de todos los alumnos del profesor Juan.
-Muchas gracias, esto me será util.
-No hay de qué, suerte con esa investigación.
Elegí al azar a tres estudiantes por clase y al día siguiente les pregunté
si en su salón había algún condiscípulo que hubiera tenido problemas con el profesor Juan. De estas personas obtuve ocho nombres. Vigilé a los alumnos señalados durante dos días y descubrí que uno de ellos practicaba parkour. Esto trajo a mi memoria nuevamente a las personas que había visto en el Parque saltando de muro en muro. Descarté a los otros siete sospechosos y me dediqué a investigar más acerca de este chico. Su nombre era Miguel Enrique. Había repetido varias veces por quedarle dos materias que precisamente le impartía el profesor Juan.
El haber repetido le había hecho perder toda oportunidad de ingresar a una buena Universidad. Odiaba al prof. Juan sin disimulo alguno. Era uno de esos típicos buscapleitos y me enteré que en diversas oportunidades había tenido discusiones bastante fuertes con el profesor.
Con esta información fui a la Central de la Policía. Al entrar me encuentro con el mismo funcionario que me había interrogado la vez pasada. De inmediato me reconoció y me dijo:
-Hola, chico, sabía que terminarías entregándote.
ESTA HISTORIA CONTINUARÁ
-¿Será cierto lo que sospecha Manuel acerca de Miguel?
.¿La policía tomará en serio lo dicho por Manuel o se complicará más el caso?
NO SE PIERDAN EL CAPÍTULO 6: “LUZ AL FINAL DEL TUNEL”
CAPÍTULO 5: "TRAS LA PISTA"
Salí del parque y me fuí de inmediato a ver al padre de Sergio quien era el Director del Intituto.
-Hola, profesor José.
-¿Otra vez con las formalidades, Manuel? Eres el mejor amigo de mi hijo y vas asiduamente a mi casa, llámame José y nada más.
-Okey, sí, claro. Disculpe. Sabe acerca de la muerte del profesor Juan, por supuesto.
-Sí. Ha sido un hecho muy lamentable. ¿Por qué?
-Bien, es que debido a un mensaje de texto yo me encontraba en el lugar del crimen y ahora creo ser el principal sospechoso. Si no es mucha molestia...¿Me podría facilitar la lista de los alumnos a los cuales daba clase el profesor Juan?
-Es un poco irregular hacer eso, pero debido a las circunstancias y viendo la seriedad del caso, por esta vez lo haré. Vamos al Instituto.
Llegamos al Instituto y nos dirigimos a su oficina. Después de mucha bússqueda y selección de grados logré elaborar una lista con los nombres de todos los alumnos del profesor Juan.
-Muchas gracias, esto me será util.
-No hay de qué, suerte con esa investigación.
Elegí al azar a tres estudiantes por clase y al día siguiente les pregunté
si en su salón había algún condiscípulo que hubiera tenido problemas con el profesor Juan. De estas personas obtuve ocho nombres. Vigilé a los alumnos señalados durante dos días y descubrí que uno de ellos practicaba parkour. Esto trajo a mi memoria nuevamente a las personas que había visto en el Parque saltando de muro en muro. Descarté a los otros siete sospechosos y me dediqué a investigar más acerca de este chico. Su nombre era Miguel Enrique. Había repetido varias veces por quedarle dos materias que precisamente le impartía el profesor Juan.
El haber repetido le había hecho perder toda oportunidad de ingresar a una buena Universidad. Odiaba al prof. Juan sin disimulo alguno. Era uno de esos típicos buscapleitos y me enteré que en diversas oportunidades había tenido discusiones bastante fuertes con el profesor.
Con esta información fui a la Central de la Policía. Al entrar me encuentro con el mismo funcionario que me había interrogado la vez pasada. De inmediato me reconoció y me dijo:
-Hola, chico, sabía que terminarías entregándote.
ESTA HISTORIA CONTINUARÁ
-¿Será cierto lo que sospecha Manuel acerca de Miguel?
.¿La policía tomará en serio lo dicho por Manuel o se complicará más el caso?
NO SE PIERDAN EL CAPÍTULO 6: “LUZ AL FINAL DEL TUNEL”
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